En la píldora anterior contábamos que hay tres herramientas que constituyen las patas sobre las que se ha de sustentar un plan económico-financiero dentro de nuestro proyecto empresarial: el balance, la cuenta de resultados y la hoja de tesorería. También explicábamos la diferencia entre balance y cuenta de resultados.
El primero refleja la situación patrimonial de la empresa en un momento determinado, es decir, lo que se tiene y con qué se está financiando. En el momento inicial, nos servirá para conocer si disponemos de financiación suficiente para poner en marcha el proyecto.
La cuenta de resultados muestra algo muy distinto, que es la evolución de los ingresos y los gastos de la empresa a lo largo de un período. Esto nos indica si la empresa llegará a ser rentable en algún momento, que será aquel en el que los ingresos superen los gastos del período (también deberá ser suficiente para cubrir las pérdidas de los años anteriores).
Además de estas dos, tenemos la tercera pata, la cuenta de tesorería. Esta es la herramienta que nos permite conocer si la empresa va a tener problemas de liquidez en algún momento, es decir, si habrá suficiente dinero en caja para poder hacer frente en plazo a los pagos que tenemos comprometidos.
Por qué la cuenta de resultados y la hoja de tesorería son cosas distintas
En la mayoría de las empresas ni los pagos ni los cobros se hacen siempre en el momento en el que se presta el servicio o se realiza la venta. Pueden hacerse pagos o cobros adelantados, o a plazos, o a 30 ó 60 días, …
En la cuenta de resultados se apuntan los ingresos y los gastos, según el criterio del devengo, es decir, cuando se produce una operación. Sin embargo, estos apuntes no dan información acerca de si simultáneamente al cierre de la operación se ha realizado el pago o el cobro de la misma.
Precisamente para eso está la cuenta de tesorería. En esta hoja lo que se anota son las entradas y salidas reales de dinero, es decir, los cobros y los pagos, según el llamado criterio de caja, independientemente de cuándo se formalizara la operación.
Ejemplo
La empresa A compra mercancía a su proveedor B. Ese día A anota la compra como gasto para su cuenta de resultados y B como ingreso.
El pago se realiza 25 días después. Ese día A lo anota como pago y B como cobro en la hoja de tesorería. Anteriormente no había habido ningún registro en esta cuenta, ya que no había habido intercambio real de dinero.
El disponer de ambos registros en cuentas separadas le aporta información de gran utilidad a ambas empresas. Pensad que si B sólo tuviera presente lo que anota para la cuenta de resultados no podría conocer en qué momento la venta realizada le reporta liquidez. Ni tampoco ninguna de las dos empresas podría conocer cuál es su liquidez en cada momento.
Con esto no pretendo enseñar cómo se hace una cuenta de tesorería, pero sí que entendáis por qué es tan importante que esta hoja de cálculo se incluya en los planes de viabilidad. Muy importante para vosotros, pero también imprescindible para vuestro banco o vuestros inversores.
¡Buena semana!
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